Thoughts from Monday of Holy Week in the Time of Coronavirus
I was sitting in a chair looking out the window praying my rosary this morning at about 5:00 a.m. when I noticed that the moon was full. A full moon always brings to my mind a number of things which are not necessarily related. The first thing I thought about this morning when I saw the full moon was Easter. The date of Easter changes every year and is fixed according to a set formula. It is celebrated on the first Sunday after the first full moon after the vernal equinox (March 21st, more or less). The full moon reminded me that, in the midst of the coronavirus chaos, we are almost to the joy of Easter, although we must first make our spiritual journey through the other events of Holy Week. Another thing I always think about when I see the full moon is a book I read many years ago called “The Moon is a Spaceship.” I am not making this up. The book was written back in the late ‘70s or so in the middle of one of those UFO crazes. It tried to make the case that the moon is really a giant UFO filled with extraterrestrials poised to take over the earth. It was the ‘70s, after all. There is also a John Steinbeck novel I remember called “The Moon is Down.” Not one of his better efforts, in my opinion. Another book I think about when I see a full moon was written by a southern author named Jesse Stuart and is titled “Hie to the Hunters.” The book made a big impression on me when I was young, and the copy I owned had an illustration of a full moon on the cover. Funny how the mind works. But (and this disturbs me greatly to recount) when I see the full moon I inevitably think of a Fifth-Grade classmate whom, at the time, we called “Full Moon.” We named her Full Moon because she was a big girl. It never occurred to me at the time, many years ago (thank God), how absolutely mean it was to call her that. Kids can be like that sometimes. Grownups can, too. I don’t even remember what her real name was. I have no idea if she is still living. I can’t imagine how much we must have hurt her, without even thinking about it, by naming her so. But today, whenever I see that the moon is full, I think of her, and I say a prayer for her; that girl whose name I can’t remember and maybe never even knew. I also pray that the Lord will have mercy on me. May He who makes all things new make each of us new during this Holy Season. Fr. Ringley |
Pensamientos del lunes de la Semana Santa en tiempo de coronavirus
Hoy a las 5 de la mañana mientras rezaba el Rosario frente a la ventana note que la luna estaba llena. La luna llena siempre trae a mi memoria recuerdos. Recuerdos que no necesariamente están relacionados entre si. Lo primero que vino a mi memoria al ver la luna llena fue la Pascua. Recordé que la fecha de la Pascua cambia de año a año y se fija de acuerdo a una formula establecida por la Iglesia. Esta fiesta de la Iglesia se celebra el primer domingo después de la primera luna llena. Después del equinoccio de primavera (21 de marzo más o menos). La luna llena me recordó que, en medio del caos del coronavirus que estamos viviendo, estamos casi a las puertas del gozo de la Pascua, sin olvidar que antes tenemos que hacer nuestro viaje spiritual de los otros eventos que tienen lugar durante la Semana Santa. Algo que también viene a mi memoria al observar la luna llena es un libro que ley hace muchos años llamado “”La Luna es una Nave Espacial.” ¡Esto no es un cuento, en realidad, así se llamaba el libro! Este libro fue escrito a finales de los años 70 más o menos en medio de una de esas locuras ovni de esa época. Este libro trataba de demostrar que la luna es realmente un ovni gigantesco lleno de extraterrestres a punto de apoderarse de la tierra. Como dije antes, eran los años 70! Que otra cosa podíamos esperar en una época en que los extraterrestres, y los ovnis eran “el pan de cada día.” También hay una novela de John Steinbeck que recuerdo se llamada "The Moon is Down". No es una de sus mejores obras en mi opinión. Existe otro libro que recuerdo cuando observe la luna llena, éste esta escrito por un autor del sur de los Estados Unidos llamado Jesse Stuart, el titulo del libro es "Hie to the Hunters". Este libro me causó una gran impresión cuando era joven, recuerdo que la portada era una ilustración de la luna llena. Es curioso como funciona nuestra mente! Pero debo confesar que también la luna llena me recuerda un episodio de mis años de estudiante de primaria (y que, debo admitir, me avergüenza enormemente al recordarlo). Pienso en una compañera de clase del quinto grado a la que llamábamos “luna llena.” La llamamos Luna Llena porque era una niña bastante corpulenta. Durante esa época de mi vida nunca pensé en el daño que le hacíamos a esta muchacha y el impacto que tendría en su vida. (gracias a Dios lo hacíamos sin pensar en el mal que le causábamos). Nunca se me ocurrió en ese momento que mi comportamiento hacia esa muchacha dejaba mucho que desear, y que estaba mal. Muchas veces lo niños actúan así, y desgraciadamente, también los adultos. Ni siquiera recuerdo cuál era su verdadero nombre. No tengo idea si ella vive todavía. No puedo imaginar cuánto debemos haberla lastimado, al darle ese apodo. ¡Cuanto debió haber sufrido! Pero hoy, y cada vez que veo que la luna está llena, pienso en ella y rezo por ella; esa chica cuyo nombre no recuerdo y que tal vez nunca lo llegue a saberlo sufrió por la irresponsabilidad de unos muchachos del quinto grado. También oro para que el Señor tenga misericordia de mí. Que El, que hace todas las cosas nuevas nos haga nuevos a nosotros durante esta temporada santa. P. Ringley |