I recently heard the story of a young woman in her mid-twenties whom we will call Susan.
She graduated from college a few years ago and had worked as a campus minister along with several of her friends helping to evangelize young Catholic men and women at a large Catholic college in the United States. Her friends characterize her as a faithful woman, authentically practicing the Faith, actively trying to live as God would have her live and helping others to do so. Susan was asked to write a brief reflection on a gospel passage which would be read by many students and alumni of the college. The passage assigned to her to reflect upon was the following passage from Matthew’s Gospel:
In her reflection Susan mentioned that this parable always causes her to stop and take an account of where she is in her relationship with the Lord and how she is living her life because she “knows neither the day nor the hour” when the bridegroom will come. We know that death is inevitable, but we don’t know when it will come. She points out that the foolish virgins were not wicked, unbelieving people, they were merely foolish. They were not prepared. She goes on to consider that tomorrow is not the time to prepare to meet the Lord. Today is. When we feel that we have no time for Mass, or for prayer, or to deepen our love for family, friends and neighbors, we need to intentionally create that time: today, not tomorrow. Sometime after Susan’s reflection was sent to students and alumni for their consideration, she was killed suddenly and, of course, unexpectedly in a car accident. She was 27 years old. Susan, may you rest in the peace of Christ. May the Lord have found you wise and prepared. And thanks for the wake-up call. |
Recientemente escuché la historia de una joven de unos veinte años a quien llamaremos Susan.
Susan se graduó de la universidad hace unos años y había trabajado como ministra del campus junto con varios de sus amigos ayudando a evangelizar a hombres y mujeres jóvenes católicos en una gran universidad católica en los Estados Unidos. Sus amigos la caracterizan como una mujer fiel, que practicaba auténticamente la Fe, y trataba activamente de vivir como Dios quería que viviera, ayudando a otros a hacer lo mismo. Se le pidió a Susan que escribiera una breve reflexión sobre un pasaje del evangelio que sería leído por muchos estudiantes y ex alumnos de la universidad. El pasaje que se le asignó para reflexionar fue el siguiente pasaje del Evangelio de Mateo:
Al leer esta parábola Susan decía que siempre que la escucha se detiene a reflexionar, para darse cuenta en donde se encuentra en su relación con Dios y como estaba viviendo su vida, porque “no sabia ni el día ni la hora en que vendría el novio.” Sabemos que la muerte es inevitable, pero no sabemos cuándo llegará. Ella señala que las vírgenes insensatas no eran personas malvadas o incrédulas, simplemente eran insensatas. No estaban preparadas. Ella continúa señalando que mañana no es el momento de prepararse para encontrarse con el Señor, ¡que el momento es hoy! Cuando sentimos que no tenemos tiempo para ir a Misa, ni para orar, ni para profundizar en nuestro amor por la familia, los amigos y los vecinos, debemos hacer tiempo, pues es hoy, no mañana. Algún tiempo después de que la reflexión de Susan fue enviada para consideración de estudiantes y ex alumnos, Susan murió de forma repentina e inesperada en un accidente automovilístico. Susan tenia 27 años. Susan, que descanses en la paz de Cristo. Que el Señor te haya encontrado lista y preparada. ¡Y gracias por alertarnos! |