Mi Jornada de Cuaresma (Semana III) Padre Ringley |
My Lenten Journey (Week III) Fr. Ringley |
This week we continue the train of thought we pursued last week, i.e. responses to questions on the recent RCIA quiz. As I wrote last week, one of the trials of a teacher’s life is grading papers. This trial, as is the case with all trials, may be accepted joyfully, and offered back to God as a penance for sins (See Handbook of Indulgences, Three General Grants #1).
Nevertheless, in the course of the trial grading papers the teacher has the opportunity to enter the minds of his students. This can be both enlightening and frightening. Last year, one student responded to the question, “What were the three gifts that the Magi brought to the baby Jesus?” by writing, “gold, frankincense and ashes”. How, one wonders, did the student get the idea that the Magi brought ashes as a gift to the newborn King? The answer is simple if the context is known. Last year, the third quiz was administered immediately after Ash Wednesday. Ashes were front and center in the child’s mind under the category of “Jesus stuff”, and that came out in his response. If one has to grasp for straws to answer a question to which one does not KNOW the answer, the thing most front and center in the mind regarding that particular category, i.e. “Jesus stuff”, will most likely come out. This year’s prize-winning incorrect response to the same question was “gold, frankincense, and meth”. This answer is a little more disconcerting but can be explained by the same method. The correct answer is, of course, “gold, frankincense and myrrh”. The word “myrrh” is not exactly common in anyone’s vocabulary unless he happens to be a purveyor of exotic herbs and spices. Probably the only time most of us ever use that word is with regard to the gifts of the Magi. To a child in 2021, who has had very limited contact with the word “myrrh”, and has much more contact with social media, the internet, and fellow schoolmates, a similar one syllable word beginning with the letter “m” is much more common, familiar, and understood: “meth”. From my point of view as a teacher this reality is terribly sad but is also a truth which must be recognized and addressed. My hope is that the child does not actually know what “meth” is and is only repeating a familiar one-syllable word beginning with the letter “m” which is much more familiar to him than the word “myrrh”. If he does know what “meth” is, why would he think that the Magi would give it to the baby Jesus? Perhaps he was just being mischievous and wanted to see if I really read all the responses on his test. This would be nothing new. And by the way, I always read every single response on every test precisely so So, my Lenten Journey continues. It is a rehearsal for every day of the rest of my life, but it is carried out during Lent with a more particular and intense focus on my relationship with God and with my parishioners, and with more attention than usual to the fact that everything that I do is done in relationship with Him, for Him, and for His people. |
Esta semana continuamos con la línea de pensamiento de la semana pasada, es decir, las respuestas a las preguntas del reciente cuestionario de RICA. Como mencioné la semana pasada, una de los desafíos en la vida de un maestro es calificar exámenes y trabajos de sus alumnos. Este desafío, como todos los que enfrentamos en nuestra vida puede aceptarse con alegría y ofrecerlo a Dios como penitencia por nuestros pecados. (Ver Manual de Indulgencias, Tres Subvenciones Generales # 1).
Sin embargo, en el curso de corregir trabajos y exámenes, el maestro tiene la oportunidad de entrar en la mente de sus alumnos. Esto puede ser beneficioso pero también aterrador. El año pasado, un estudiante respondió a la pregunta: "¿Cuáles fueron los tres regalos que los magos le llevaron al niño Jesús?" escribiendo, “oro, incienso y cenizas”. Y uno se pregunta ¿Cómo se le ocurrió al estudiante la idea de que los magos trajeron cenizas como regalo al Rey recién nacido? La respuesta es simple. El año pasado, la tercera prueba se administró inmediatamente después del Miércoles de Ceniza. Las cenizas estaban en la mente del niño, ya que recientemente se había llevado a cabo esta celebración, e inmediatamente asoció la pregunta con las "cosas de Jesús", y de allí salió su respuesta. Si uno tiene que agarrarse de “algo” para responder una pregunta para la que uno no SABE la respuesta, lo más probable es que salga lo que está más al frente y al centro de la mente con respecto a esa categoría en particular, es decir, "cosas de Jesús". La respuesta incorrecta ganadora de este año a la misma pregunta fue "oro, incienso y metanfetamina" (Meth). Esta respuesta es un poco más desconcertante, pero puede explicarse con el mismo método. La respuesta correcta es, por supuesto, "oro, incienso y mirra". La palabra "mirra" no es exactamente común en el vocabulario de nadie, a menos que sea un proveedor de hierbas y especias exóticas. Probablemente la única vez que la mayoría de nosotros usamos esa palabra es con respecto a los dones de los magos. Para un niño en 2021, que ha tenido un contacto muy limitado con la palabra "mirra", y tiene mucho más contacto con las redes sociales, Internet y sus compañeros de escuela, una palabra similar de una sílaba que comienza con la letra "m" es mucho más común, familiar y entendido: “metanfetamina” (Meth). Desde mi punto de vista como docente, esta realidad es terriblemente triste pero también es una verdad que hay que reconocer y abordar. Mi esperanza es que el niño no sepa realmente qué es “metanfetamina” y solo repita una palabra familiar de una sílaba que comienza con la letra “m”, que le resulta mucho más familiar que la palabra “mirra”. Por otro lado, si sabe lo que es la “metanfetamina”, ¿por qué pensaría que los magos se la darían al niño Jesús? Quizás solo estaba siendo travieso y quería ver si realmente leía todas las respuestas en su prueba. Esto no sería nada nuevo. Y, por cierto, siempre leo cada una de las respuestas de cada examen con precisión para poder saber qué hay en la mente de mis alumnos. A veces, puedo conocerlos mejor que ellos mismos. Cuando tenga la oportunidad, hablaré con este joven y averiguaré qué está pasando, si es que ocurre algo. Ese es otro aspecto del arte del maestro. Por lo tanto, mi Jornada de Cuaresma continúa. Es un ensayo para todos los días del resto de mi vida, pero se lleva a cabo durante la Cuaresma con un enfoque más particular e intenso en mi relación con Dios y con mis feligreses, y con más atención que de costumbre al hecho de que todo lo que hago se hace en relación con Él, por Él y por Su pueblo. |